Esta historia sucedió cuando por cuestiones personales debí ir a Monterrey por dos días. Al comentar el viaje con una amiga, ella me encargó que pasarara por la casa de su abuelo y le entregara unas encomiendas que ella le mandaría, antes de buscar un hotel, fui a la casa del abuelo de mi amiga, era un hombre de unos 70 años y vivía solo con su perro, le entregue su encomienda y le conté que iría a buscar un hotel, para quedarme, Jorge, que así se llama el abuelo, me dijo que si era por dos días, no tenia sentido que buscara hotel, ya que tenia una habitación extra, acepte y salí a realizar los tramites que debía hacer.

Cerca de las 8 de la noche llegue a la casa y me fui a bañar, como hacia calor, me puse unos pantaloncitos cortos apretados una remera blanca, sin usar corpiño,lo que marcaban mis pezones, el abuelo vestía una maya muy amplia, durante la cena, los ojos de Jorge se clavaban en mis senos y no perdió oportunidad de rozarlos cuando me alcanzo la sal, yo no perdía oportunidad de provocarlo, siempre me gusto provocar sexualmente a hombres mayores de 60 años, son mi debilidad y siempre que pude me los he llevado a la cama.

Me inclinaba hacia delante, para que mis pechos, se bambolearan libremente y cuando acariciaba al perro, deslizaba mis manos por su pecho hasta que mi mano rozaba distraídamente el miembro del animal, Jorge se levanto de la mesa y a través de su maya se notaba una admirable erección, volvió a la mesa con una botella de vino y cuando me sirvió un vaso su miembro erecto se apoyo en mi espalda, lejos de retirarme apreté mi espalda contra su miembro, el dio un respingo y bajo sus manos acariciando mis senos, su lengua se poso sobre mi cuello, estremeciéndome hasta lo mas intimo de mi ser, mi vagina se humedecía rápidamente, le bajé lamaya y puse en mi boca su pene hinchado que goteaba liquido preseminal a causa de mis provocaciones, mi lengua recorría su

glande saboreando sus jugos y alternadamente, lo introducía completamente, Jorge deliraba de goce me decía: puta te la vas a comer toda, nunca vi una mujer tan caliente, cuando le respondí que ni el perro se iba a salvar de mi calentura, su
excitación llegó al máximo, y entre jadeos eyaculo en mi boca con ritmo frenético su semen no paraba de salir, tragué todo lo que pude y parte de su semen cayo por la comisura de mis labios Jorge se acomodo en la cama con su miembro semierecto en sus manos y yo empece con mi espectáculo

Me agaché junto al perro y me metí su miembro en la boca y chupe y chupe hasta que el perro acabo en mi boca, Jorge no podía dar crédito a lo que veían sus ojos y balbuceaba: puta, degenerada, te voy a romper todo el culo, cuando mi pene se recupere

Me puse de espaldas y el perro se monto sobre mi espalda con una mano guíe el miembro del animal hasta la entrada de mi vagina y clave mi mirada en Los ojos de Jorge mientras mi lengua trazaba círculos sobre mislabios, el perro comenzó con sus embates violentos y yo con mi vista clavada en Jorge respondía a los embates del animal, mientras jadeaba y suspiraba de goce, el perro acabo en mi interior y un chorro de esperma se deslizaba por mis pierna, Jorge se levanto violentamente y sin darme tiempo a reaccionar me introdujo de un golpe su pene en el ano, que todavía no estaba dilatado, para semejante instrumento

Gritaba como poseído toma, toma grandisima puta y eyaculo en mi interior cuando saco su pene su semen salía de mi esfínter anal, mezclado con sangre, me miro como, pidiendo perdón, mis dedos se introdujeron en mi ano y al ver sus semen manchado con mi sangre, me los puse en la boca saboreándolo, en señal de que no me había enojado chupe su pene hasta hacerlo acabar nuevamente, esa noche nos dormimos abrazados al amanecer, al otro día me despedí prometiéndole volver.

 

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